En estos momentos, el turismo es un tema que todos tienen presente. Se habla mucho sobre este sector en general; también se mencionan continuamente la restauración y la hostelería. Se debate sobre cómo ha de ser: sostenible y seguro. Sin embargo, existe un segmento del sector que muchas veces se pasa por alto, ya que no toda la población lo tiene presente: turismo de lujo. Este es el asunto que trata el reciente informe de The Ostelea School of Tourism and Hospitality, Turismo de Lujo: tendencias en viajes y destinos. Elaborado con la colaboración de EAE Business School, Universidad de Lleida y Universidad Rey Juan Carlos, recopila y analiza su situación actual.

El turismo y el turista de lujo

Para comprender la situación del turismo de lujo, es imprescindible contestar a dos preguntas: qué es y quiénes lo consumen, es decir, los turistas de lujo.

En primer lugar, el turismo de lujo busca la máxima acomodación del cliente, sin importar los precios que dichos servicios pueden requerir. Ofrece, de este modo, vivencias exclusivas y personalizadas para sus consumidores. Como consecuencia, no es un tipo de turismo asequible para todos, sino tan solo para aquellas personas con una alta capacidad adquisitiva. Cuando las preocupaciones monetarias pasan a segundo lugar, la singularidad y la imposibilidad de replicar esas experiencias pasan a primer plano.

Requiere, por tanto, que las agencias de viaje especializadas en turismo de lujo conozcan con exactitud y de primera mano los deseos y las necesidades de sus clientes. Los elementos de valor principales que pone en valor el informe son la exoticidad, fidelidad, gastronomía y el descanso. A estos, se puede añadir otro elemento importante: la seguridad. Un factor importante de por sí, en los tiempos de coronavirus se ha vuelto imprescindible. Un turista que se siente seguro es un turista más relajado, más contento, con más ganas de visitar sitios y experimentar la cultura local y gastar sus recursos en ello; y es algo por lo que cada destino debería apostar.

 

Por otro lado, los destinos de turismo de lujo se pueden analizar desde diferentes perspectivas. A nivel mundial, en cuanto a la experiencia y a lo exótico, destacan Emirates Árabes, Japón, China, Estados Unidos, Argentina y Brasil. En cuanto a Europa, resalta sobre todo por su turismo de compras de productos de lujo, como puede ser joyería, perfumería y ropa. Francia, Italia y Reino Unido lideran esta industria, debido a la concentración de marcas de lujo que contienen, sobre todo en las ciudades de Londres, Milán y París.

Se puede concluir, entonces, que turismo de lujo es un turismo de gasto, de carpe diem, y una oportunidad increíble para atraer a turistas con gran capacidad adquisitiva y posicionarse como un destino único y exclusivo.

El ahora y el después

Analizar el posible futuro de este sector tan específico y delicado siempre es complicado. Más aún lo es durante los tiempos de crisis sanitaria y económica en la que se encuentra el mundo entero en estos momentos. Sin embargo, el turismo de lujo no parece hundirse. Todo lo contrario: va en aumento. Mientras que las compañías low cost reducen sus vuelos, el número de vuelos privados subió un 75% en julio de 2020 en comparación con el año pasado. Aquellos que tienen segunda residencia siguen viajando a pesar de las restricciones, sobre todo teniendo transporte privado; y las residencia de descanso y yates mantienen su flujo de clientes.

Todo esto no es una coincidencia ni un milagro. Es bastante lógico inferir que aquellas personas cuya capacidad adquisitiva no se ha visto gravemente afectada por la pandemia quieran viajar. Aunque quizás no han experimentado dificultades que muchas familias sí, su salud física y mental tampoco ha estado en buenas condiciones, y unas vacaciones son un buen tiempo para reiniciarse. Finalmente, debido a los recursos que poseen, es más fácil que los turistas de lujo puedan desplazarse de manera segura, reduciendo la posibilidad de entrar en contacto con un positivo, lo sirve como un incentivo para viajar.

Turismo de lujo en España

La percepción de turismo de lujo en España sigue siendo algo difusa. Hasta hace poco, no se tomaba en cuenta como una parte relevante dentro del sector. Se puede observar que hay una deficiencia tanto de emisión de turistas de lujo al haber pocas agencias de viaje que se especialicen en ello; como de recepción, con la escasez de hoteles de lujo. En comparación con otros destinos, como son China, Qatar y Emiratos Árabes, España (y muchos de los otros destinos europeos) se sitúa por debajo con una gran diferencia. Incluso Barcelona e Islas Baleares, los destinos “lujosos”, sigue siendo menos cara que muchas otras ciudades de lujo como Qatar; y poca diferencia tiene con otros destinos turísticos españoles como Andalucía o las Islas Canarias.

No se puede decir tampoco que la situación sigue en un permanente status quo. Incluso ahora, durante la pandemia, Canarias estrena un nuevo hotel de lujo, Royal River Luxury Hotel, con la esperanza de alcanzar este pequeño público con un increíble potencial. Ahora, cuando el turista tradicional se encuentra indispuesto y cuando hay un cambio fundamental en los valores, es importante empezar a buscar mercados nuevos. O, quizás, explorar un mercado ya existente, pero olvidado.

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