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El turismo en un fenómeno mundial que abarca muchas dimensiones. Donde el turista exige y demanda nuevas vivencias continuamente.Por lo que hay que hacer modificaciones  y adaptarse para no quedar al final de la cola.

Distinguimos varias etapas en los destinos turísticos, desde que surgen hasta que llegan a su inevitable declive, y lo mismo pasa con los modelos turísticos. Encontramos el tan conocido modelo tradicional, basado en un turismo de sol y playa, que actualmente comienza a verse debilitado tras el surgimiento de otro tipos de turismo y las exigencias de los turistas del siglo XXI. 

La demanda del turista actual, hace que surjan continuamente nuevas tendencias, y una de estas es el turismo alternativo. Creando valores sociales y naturales que nos permiten disfrutar de una interacción positiva.

El turismo alternativo surge con el propósito de crear actividades que pongan en contacto directo al viajero con la comunidad. El fin de esta interacción es que el turista conozca, disfrute,  respete, comprenda y participe en la cultura y la naturaleza del lugar que visita. 

 

Para la práctica y desarrollo de esta actividad, se necesitan recursos como en cualquier otra modalidad de turismo. Hay que cubrir un aspecto fundamental, y es que el turismo alternativo se diferencia de otros por el contacto directo. Por lo tanto, las infraestructuras como el planeamiento de la actividad, deben estar bien organizadas de tal forma que el objetivo final se cumpla.

Son muchas las tipologías de turismo, dentro de esta modalidad, entre las que destacan:

  • Turismo de Descanso
  • Turismo Gastronómico
  • Turismo de Aventura
  • Turismo Científico
  • Ecoturismo
  • Turismo Histórico
  • Turismo Cultural
  • Turismo Religioso

 

Actualmente, los turistas son más exigentes, no buscan un viaje, sino una experiencia, por lo que nos podemos preguntar, ¿es el turismo alternativo el producto innovador para satisfacer al turista del siglo XXI? Quizás exista más de una respuesta a esta pregunta, pero si nos basamos en experiencia, podemos pensar que el turismo alternativo no va nada desencaminado a lo que el viajero del siglo XXI busca.

Todas estas tipologías involucran al turista en una experiencia que es capaz de trasladarlo a un viaje al pasado, aventurarse a lo desconocido, probando y percibiendo nuevas sensaciones, aflorando con ello recuerdos único e inimaginables. Y se logra, a través de una simple conexión que vive el viajero con la naturaleza y la cultura.

 

Para finalizar, hemos de decir que los productos turísticos alternativos y el turismo alternativo en sí, consiguen que el turista salga de su zona de confort, aventurandose a actividades exóticas, pero siempre respetando el medio ambiente y la comunidad.

 

Se han creado con un fin, DISFRUTAR . Desarrollarlo implica estar en continuo contacto con la naturaleza y el medio que la rodea. Y es por ello, que se puede observar dos dimensiones para realizar esta modalidad de turismo: la visita de un lugar y la interacción en el entorno a partir de las actividades.

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