Nicolás Rodríguez, experto en Analítica e Inteligencia de Datos y Predicción de Riesgos del comportamiento, se dedica a augurar cómo serán determinados escenarios -nacionales e internacionales- en el futuro, como consecuencia de la pandemia provocada por la Covid-19. Este conocimiento profundo sobre los datos, le valió para convertirse en director de DATHOS “Data Horizon Proyectos y Big Data”. Esta empresa se ocupa de la analítica y la inteligencia de datos, así como del análisis de estructuras demográficas y de riesgos del comportamiento. Enfoca su labor a todo tipo de negocios y segmentos, tanto del sector público como del privado.

Nicolás Rodríguez será uno de los profesionales presentes en Futurismo 2021, los días 22 y 23 de abril. Es por ello que queremos presentarlo a nuestra comunidad, de manera que se pueda conocer también su lado más personal. Como experto en datos y en el comportamiento de las personas, será uno de los participantes cuyos conocimientos resultarán de mayor provecho para los actores del sector turístico.

Lo cierto es que, para Nicolás, el turismo está presente en su día a día. Debido a las exigencias de su profesión, recorre continuamente las ciudades españolas, conociendo sus espacios, sus hoteles y, por ende, sus gentes. Es algo esencial en su trabajo. En relación con el sector turístico, Rodríguez nos destaca la intención de su último proyecto: “Destinos vacacionales seguros frente al COVID”.

Nicolás ha agradecido a Futurismo 2021 esta gran oportunidad de fomento del turismo nacional e internacional, poniendo en valor el objetivo fundamental de nuestro foro: mostrar un turismo que se haga notar por su calidad y por la seguridad ofrecida a todos los visitantes, con garantías a todos los niveles para los clientes y turistas que pasan por nuestro país.

“Si vendes buena imagen, te compran imagen; si vendes mala imagen, te compran miseria», son sus palabras, con respecto al poder de entendimiento de lo que somos y lo que podemos llegar a ser cuando ofrecemos un producto y/o servicio al cliente. Tras un año de pandemia, Nicolás está seguro de que la gente quiere vivir, necesita pasar página y disfrutar; y determina que éstas son las expectativas que España tiene que ofrecer a los turistas. Por ello, se muestra tajante a la hora de expresar cuáles deberían ser los cambios a llevar a cabo para diferenciarnos de otros países. La razón es clara, el concepto “sol y playa” ya no es suficiente. Ahora, lo que los viajeros están buscando es calidad y seguridad.

Nuestro protagonista se define a sí mismo de una forma un tanto filosófica: “Soy nadie, en un mundo de nadies”; con un único objetivo en mente, el de intentar hacer del mundo, un lugar mejor. Y esto mismo es lo que hace a través de los datos, porque los datos “sólo sirven si haces algo bueno con ellos”. Con todo, Nicolás procura ser más humano, por lo que hace todo aquello que esté en su mano para reducir la violencia, la enfermedad, la muerte. Aunque, por contra a lo que pudiera esperarse -y citando a Bruce Lee-, Rodríguez no se autoproclama como una buena persona, simplemente aspira a ser menos mala persona que los demás.

Reconoce que, en los últimos 13 meses, la pandemia y su trabajo empresarial han absorbido todo su tiempo, dejando apenas espacio para ver alguna película o serie, con la mera finalidad de comprender el comportamiento humano y, en ocasiones, para concentrarse en sus tareas. No obstante, puede recomendarnos algunas series, como House, The Newsroom y Billion, y películas, como Interestellar, Focus, Matrix o Guerra Mundial Z.

Además, Nicolás se nos muestra como una persona de múltiples facetas. Por un lado, es un apasionado del arte -siendo “El jardín de las delicias”, de El Bosco, una de sus obras pictóricas favoritas- y de los poemas, entre los que hace especial referencia a “La divina comedia”, de Dante. Rodríguez se declara, también, un ferviente lector y señala, entre sus libros de culto, a “Olvidado rey Gudú”, “El noveno círculo”,”La filosofía del Dr. House” y menciona a los autores Javier Sierra y Julia Navarro. Por otro lado, sus hobbies son “de lo más mundano”, según sus palabras, como puede ser ver el fútbol, la NFL o entregarse a los videojuegos en modo online. Aunque, nos confiesa, tiene especial fobia a las mentiras y a la mala educación.

A los jóvenes que en estas circunstancias intentan labrarse un futuro profesional, Nicolás Rodríguez les da el consejo de “no amargarse”, ya que la vida es un suspiro”. Y, a partir de ahí, que encuentren ese “don que todos los humanos tienen desde que nacen” y que lo usen “para hacer algo bueno por y para los demás”. Según Nicolás, un trabajo que te gusta no es un trabajo, sino una forma de vivir. De hecho, así es como él considera su relación con el trabajo.

En cuanto a las enseñanzas que más recuerda, y que más le han calado, pone el acento en las de su padre y su amigo Carlos. El mensaje que le queda de ellas, alude al hecho de que todos estamos hechos de miserias y vergüenzas, por lo que lo único importante de verdad es ser buena persona, a pesar que no siempre se puede ser perfecto.

Cuando se le pregunta por su legado, Nicolás se apresura a añadir que todavía no le gustaría dejar este mudno, porque no conoce nada mejor. Sin embargo, ejerce de transmisor de una valiosa reflexión para las generaciones que le siguen: Quiero intentar que los más jóvenes vean en los datos y en los números algo más que simples datos y números, que vean que detrás de ellos no hay sólo estadística, que son -además- la vida e historia de millones de personas que merecen ser tratadas con el debido respeto, consideración y recuerdo”.