No creáis que me he vuelto loco de repente, máxime cuando una gran parte de mi vida profesional y docente se mueve en los entornos sociales, tanto los que uso de forma personal, como los que gestionamos desde mi compañía para numerosos clientes.
En el ámbito social, nos encontramos en un momento apasionante, un momento que muchas empresas no están comprendiendo ni dimensionando convenientemente y que acabará por pasarles factura, más temprano que tarde, a las que no consigan adaptarse al nuevo entorno.
Este cambio de paradigma, impulsado por internet y la tecnología que en este ámbito se ha desarrollado, está marcando una linea de separación clara entre los que la están incorporando en sus estrategias y los que están todavía expectantes….. y esto no ha hecho más que empezar.
Como bien dice mi querido Andy Stalman, “no estamos en una era de cambio sino en un cambio de era”. No podría estar más de acuerdo con esta afirmación.
Nos encontramos en un mundo de relaciones, amplificadas extraordinariamente por los medios sociales, en los que nuestro entorno se comunica de forma natural, como una extensión o complemento de su vida offline. Los nativos digitales lo hacen de forma absolutamente natural, mientras que los que nacimos en otra era, nos estamos adaptando a este cambio con mejor o peor fortuna.
No obstante, las esperanzas depositadas en estos medios, como si de un santo grial se tratase, pueden tornarse en grandes frustraciones por la sobreventa que de estos se está realizando por muchos vende-humos, que están aprovechando este momento para “hacer su particular agosto”.