El que su obra sea de visita obligada es gracias a su lucha por el respeto de un entorno natural, al que amaba, y en el cual reflejaba su gran talento. Se trata de una obra armoniosa, en la cual domina su extraordinaria visión acerca de la relación entre la naturaleza y el hombre.
Recordamos al genial artista por su conciencia crítica ante cualquier amenaza al patrimonio natural, lo que le convirtió en un líder de masas. Luchó incansable contra el afán constructor que trajo el auge turístico de finales de los años 60. Su impronta es imborrable en la mentalidad de los canarios, quienes tienen en alta estima estos ideales, su código ético y coraje para enfrentarse a políticos y constructores que infringieran las normas y actuaran en contra de su visión ecologista.
Además de ello, era considerado un poeta del paisaje, fiel reflejo en el medio sobre el que actuó, con una gran seña de identidad en rotondas, centros de visitantes, plazas… totalmente integrados en el espacio donde se ubicaron. Belleza, estética, medio ambiente,… son términos asociados a su figura.
César fue un visionario, un hombre adelantado, influyente y fiel a sus ideales, rebelde con causas, y un líder con una gran capacidad comunicadora