El señor Jiménez introdujo durante la ponencia uno de los factores que fundamentan el aumento de las investigaciones en su campo de investigación: el cambio climático. En este sentido, ahondó en la influencia de este fenómeno en la disminución de las temperaturas y, por ende, en la escasez de agua lo que ha provocado la proliferación de las investigaciones para la reutilización de residuos líquidos como la salmuera: “En Canarias las desaladoras se emplean para conseguir agua y dicha agua es importante para los cultivos, la agricultura y también para el sector turístico”.
El problema que nos presentó David Jiménez Arias durante su ponencia en Futurismo Lab es que, al desalar el agua por medio del proceso de osmosis inversa, se genera un residuo llamado salmuera, este residuo se vierte al mar y, por lo tanto, al ser un residuo con grandes concentraciones en sales, algunas plantas son incapaces de sobrevivir en los lugares donde se vierte. En este sentido, la posibilidad de reutilizar esta salmuera serviría para ahorrar dinero y agua.
Tras mencionar las numerosas desaladoras que hay en todo el Archipiélago Canario, el ponente proporcionó un método con el cual podríamos dar un uso a la salmuera en lugar de verterla la mar: “Tenemos más de 330 desaladoras en Canarias y la cantidad de salmuera es desbordante”, afirma.
El proyecto propuesto consiste en utilizar la salmuera como una solución mineral para el cultivo de distintos vegetales, por ejemplo, el tomate, fruto que nos expone David Jiménez Arias en su ponencia y que como bien explica, al utilizar la salmuera para su cultivo obtenemos un tomate muy parecido al habitual con agua normal: “El tomate cultivado en salmuera solo se diferencia en tener un color mucho más vivo, ser bastante más dulce a uno normal y una piel exterior un poco menos firme”.
La idea de este proyecto es, aparte de utilizar en hoteles el residuo, ahorrar un 20% de la factura del cultivo en lo que a minerales respecta. Algunos hoteles optan también por cultivar flores o incluso realizar cultivos verticales para aprovechar estas aguas. Respecto a la dimensión del proyecto y el recorrido a largo plazo, David Jiménez, reconoció que se trata de un proceso embrionario que debe ser desarrollado de manera más amplia en el futuro para que pueda tener una utilidad real: “La realidad es que si esta tecnología no se monta a gran escala no tiene ningún tipo de utilidad”.