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La historia de Canarias se ha caracterizado por una gran afluencia de personas: desde la llegada y asentamiento de los pueblos norafricanos, que se convertirían en los aborígenes de las islas (conocidos como guanches), pasando por la conquista castellana, hasta el auge del comercio con Europa y el establecimiento del turismo en el siglo XX.

Desde Futurismo queremos hoy adentrarnos en un viaje al pasado, para indagar en las razones históricas que han llevado a nuestro archipiélago a gozar del reconocimiento internacional que posee hoy día, llevándole a convertirse en el principal destino para el turismo europeo los 365 días del año.

Inicios del turismo en Canarias

Para comenzar, podríamos considerar la actividad de viajar como el inicio y la esencia del turismo. Tras la conquista y la llegada de la población castellana a las islas, Canarias se convirtió en una nueva tierra para explorar. Las singularidades del nuevo archipiélago atrajeron a naturistas, científicos y viajeros románticos entre los siglos XVII y XIX. Por ello, destacan grandes ilustres como Alexander von Humboldt, William Dampier o George Vancouver, entre otros, que dejaron su huella hasta convertirse en puntos de referencia asociados a Canarias. Gracias a ellos, la fama del archipiélago se impulsó en sus países de origen, Reino Unido y Alemania, convirtiéndose hasta el día de hoy en la principal base del turismo extranjero. Toda esta etapa podría denominarse como “prototurismo”.

Durante estos siglos, Canarias se presentaba como un lugar paradisíaco alejado de las grandes urbes, perfecto para retirarse, descansar y estar en contacto con la naturaleza. Esto se vio potenciado gracias a que las publicaciones de libros de viajes, que daban a conocer las maravillas de las islas, empezaron a ser comunes.

Además de por los recursos naturales y las cualidades climáticas que ofrecía Canarias, el desarrollo del turismo se produjo debido a dos causas principales. Por un lado, el cambio más significativo fue el desarrollo de las comunicaciones marítimas con Europa y la costa africana, siendo en la segunda mitad del siglo XIX cuando se introducen ciertas novedades en los barcos que suman una gran mejora de los puertos canarios. Por otro lado, la instalación del cable telegráfico en el año 1883 facilitó la comunicación con el exterior, uniendo a Canarias con el continente europeo; este hecho planteo seriamente la posibilidad de explotar el turismo como actividad económica.

Turismo de salud

No fue hasta finales del siglo XIX cuando el archipiélago se convirtió en un destino destacado para el turismo de salud. Canarias podía presumir de la calidad de sus aguas y aire limpio, que la hacían el lugar perfecto para aliviar los síntomas de enfermedades pulmonares y cutáneas que no podían tratarse en las grandes ciudades. Miles de enfermos, mayormente procedentes del Reino Unido, comenzaron a viajar hasta Tenerife y Gran Canaria para curarse a base de baños en el mar, beneficiándose de las temperaturas templadas y huyendo, de este modo, del frío característico en sus lugares de origen.

Y fue así, con estas condiciones, cuando el turismo moderno se inició en Canarias. Destacaba en estos años La Compañía de Hoteles y Sanatorium del Valle de La Orotava, que estableció el primer hotel sanatorio de Canarias (1886) conocido como “Orotava Grand Hotel” o, simplemente, “el Sanatorium”. Dos años más tarde se formó la Compañía de Construcción y Explotación de Hoteles y Villas del Valle de La Orotava, “La Taoro”, que construyó el conocido hotel Taoro en el Puerto de la Cruz (1890) y donde llegó a alojarse la famosa escritora británica Agatha Christie. Por otro lado, en Las Palmas de Gran Canaria, se inauguró el hotel Santa Catalina por parte de la Grand Canary Company.

Hotel Taoro en el Puerto de La Cruz. Año 1900

Desarrollo y fomento del turismo

La aparición de estos grandes hoteles propició una mejora en la oferta alojativa canaria, impulsando con ello la competencia y captando nuevas cuotas de mercado. Sin embargo, el número de turistas no llegó a ser tan alto como en otros destinos, recibiendo en 1895 menos de 5.000 visitantes. Esta situación sorprendió a los principales hoteleros a principios del siglo XX, cuyas expectativas superaban el doble de pernoctaciones. Posiblemente el desarrollo del turismo se habría visto afectado por la ausencia de rutas marítimas directas, añadiéndose como elemento detractor la falta de turoperadores que ofrecieran paquetes combinados de transporte y alojamiento.

Pese a esta situación, el panorama durante la primera década cambió. Será en estos años cuando el turismo alemán comenzara a ganar presencialidad, trayendo consigo una oleada de inversión por parte de los hoteleros germanos. Ante esta mejora y la creciente importancia social y económica, la administración pública comienza a poner mayor interés en el sector. Entre los años 1905 y 1912 se forma, a nivel estatal, la Comisión Nacional para el Fomento del Turismo, seguida de dos instituciones para la propaganda y fomento del turismo en Tenerife y Gran Canaria. Durante estos años se buscará difundir la imagen turística de Canarias por Europa, abandonando poco a poco el turismo de salud para centrarse en un modelo de sol y playa.

Periodo de entreguerras y dictadura

Años más tarde, con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, el estallido de la Guerra Civil Española y, consecutivamente, el de la Segunda Guerra Mundial, se frenó la expansión turística en Canarias. Aunque estos hechos no supusieron el fin de la actividad, lo cierto es que la limitaron a un selecto grupo de turistas nacionales.

Durante las dos últimas décadas de la dictadura, la situación iría cambiando gradualmente: comenzando por la reapertura y construcción de hoteles y avanzando hacia el desarrollo del turismo de masas entre los años 60 y 70, ya que la recuperación económica que vivía Europa propiciaba la llegada de turistas en busca de sol y playa.

Esto produjo una gran necesidad de adaptación, creándose los principales núcleos turísticos en Tenerife y Gran Canaria (Maspalomas, Puerto de Mogán, Costa Adeje y Arona) y sumándose posteriormente las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Sin duda, Canarias experimentó un crecimiento extraordinario, superando toda expectativa y dejando más de un centenar de establecimientos hoteleros en próspero funcionamiento en la mayoría de las islas.

Turismo de masas en Arona, Tenerife

Siglo XXI y futuro

Finalmente, llegamos a nuestro punto actual. La llegada del siglo XXI ha traído consigo nuevos mercados y una nueva imagen que ofrecer al mundo, turísticamente hablando. Aunque no hemos dejado de ser un destino de sol y playa, se están abriendo paso -cada vez con más fuerza- otros tipos de turismo: rural, sostenible, cultural o deportivo. Gracias a esto, el sector ha comenzado a diversificarse aún más, lo que repercute de modo favorable sobre el desarrollo económico en nuestras islas.

En Futurismo nos caracterizamos por tener visión de futuro, por eso deseamos seguir siendo testigos de los cambios que se producirán en materia turística; y no solo en el archipiélago, sino también fuera de nuestras fronteras. De esta manera, buscamos potenciar la marca Canarias como destino y enfrentarnos a aquellos retos que nos depara el porvenir.

Redacción: Jean Pierre Almenara Lugo

Fuentes:
https://www.revistabinter.com/2016/11/28/ha-evolucionado-turismo-canarias/
http://www.revistacanarii.com/canarii/7/el-turismo-en-canarias-sus-origenes#:~:text=Bajo%20estas%20favorables%20condiciones%20el,primer%20hotel%20sanatorio%20de%20Canaria