El mundo gira cada vez más rápido. La tecnología avanza aceleradamente y las modas y tendencias resultan día tras día más efímeras. Hoy, más que nunca, la verdadera dificultad no está en llegar al éxito, sino en mantenerlo. Actualizarse y seguir formándose constantemente para seguir a la vanguardia y, sobretodo, estar preparado para adaptarse a cualquier circunstancia, son las dos piezas claves para destacar en nuestras sociedades y realidades cambiantes.

De este afán por la mejora continua nació hace ya más de una década la necesidad de un espacio como el prestigioso foro de Futurismo, donde los profesionales y empresarios del Turismo se reúnen para exponer y debatir no solo la actualidad del sector, sino, más importante aún, su futuro. Los que pudimos asistir a la edición de este año el pasado mes de abril disfrutamos de un extenso y completo programa y tuvimos la oportunidad de acercarnos al novedoso mundo de la Realidad Virtual (RV) de la mano de la empresa VirtualOn.

Se trata, sin duda, de una experiencia diferente a la par que fascinante que, por otro lado, presenta muchas incógnitas dentro del desarrollo del turismo. ¿Podemos considerar realmente la RV como una nueva forma de viajar? ¿Va a suponer un producto complementario o sustitutivo para la industria? Esta tecnología emergente ofrece a los usuarios la posibilidad de explorar destinos de una manera completamente nueva y envolvente. Los avances actuales no solo te permiten observar sino, incluso, interactuar con el entorno que se actualiza a tiempo real. Esta combinación de mundo virtual con simulación interactiva e inmersión sensorial abre la puerta a vivir experiencias con una accesibilidad total sin atender a restricciones geográficas, políticas, meteorológicas o físicas del individuo. Se incluye, además, la posibilidad de visitar lugares remotos o culturalmente significativos que no están abiertos al público general o las recreaciones históricas de yacimientos arqueológicos viviéndolas en su época de apogeo.

Si se hace la comparación con un viaje tradicional, el coste de estas experiencias es realmente bajo y requieren de menos tiempo, ya que no hay necesidad de desplazarse ni de salir de casa, aspecto por el cual comienza el debate. La definición actual de “Turismo” según la Organización Mundial del Turismo (OMT) establece que: Elturismo es un fenómeno social, cultural y económico que supone el desplazamiento de personas a países o lugares fuera de su entorno habitual por motivos personales, profesionales o de negocios. Esas personas se denominan viajeros (que pueden ser o bien turistas o excursionistas; residentes o no residentes) y el turismo abarca sus actividades, algunas de las cuales suponen un gasto turístico. Por lo que, siguiendo la acepción tradicional de la palabra, las experiencias de RV no podrían considerarse como turismo per se.

Sin embargo, la capacidad de la RV para estimular los sentidos y activar las emociones ofrece una gran oportunidad para el sector turístico. Estas experiencias inmersivas pueden despertar el deseo de visitar físicamente un destino, actuando como una poderosa herramienta de marketing. Además, las agencias de viajes pueden utilizar la RV para ayudar a los clientes a decidir sobre sus destinos, ofreciendo una vista previa vívida y envolvente que ninguna otra herramienta puede proporcionar.

Asimismo, una simulación de RV aunque intensa y novedosa, carece del factor humano de la experiencia. No permite conocer e interactuar con una persona local ni saborear la gastronomía de la región. Si tenemos en cuenta, que ya en la pasada edición de Futurismo concluímos que el futuro del sector turístico pasa por ser más humano, habremos, finalmente, de considerar la RV como un potente complemento a los viajes tradicionales para enriquecer las experiencias del usuario y motivar a los potenciales viajeros.


Marina Calderín Suárez
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